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Por Genoveva Alemán
Este 1 de marzo de
2020 se cumplieron 12 años de la masacre de Sucumbíos, un hecho sin precedentes
en la historia moderna de América Latina y que 12 años después continúa en la
total impunidad, no hay culpables detenidos, por el contrario estos continúan
cometiendo crímenes de lesa humanidad y se protegen con sus aliados esparcidos
por toda la región bajo el manto de grupos de derecha y conservadores donde
México no es la excepción.
LOS HECHOS
El 1 de marzo de
2008 el estado colombiano realizó un bombardeo a un campamento de la guerrilla
de las FARC-EP que se ubicaba en la región de Sucumbíos frontera entre Ecuador
y Colombia. En los hechos fueron asesinadas alrededor de 25 personas entre
ellas 4 estudiantes mexicanos; Verónica Velázquez, Soren Avilés, Juan González
y Fernando Franco, una estudiante mexicana más, Lucía Morett, quedó gravemente
herida.
Este ataque
involucró a varios países de forma directa como Colombia el ejecutor del
ataque, Estados Unidos quién brindó apoyo militar y logístico, Ecuador lugar de
los hechos y quien sufrió la violación de su soberanía territorial y México
país de los estudiantes víctimas, pero también toda la región latinoamericana
fue involucrada en un suceso que demostró el control y dominación geopolítica
que ejerce el imperialismo norteamericano y qué tiene en Colombia un aliado que
reproduce y ejecuta la política de Washington.
LA
IMPUNIDAD LA ÚNICA PRESENTE
Tras 12 años los
principales culpables como el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, el
ex secretario de la defensa Juan Manuel Santos, el ex director de la Policía
Nacional de Colombia Óscar Naranjo así como los mandos policiales y militares
colombianos involucrados en la llamada Operación Fénix no han sido llevados a
juicio en ninguno de los países directamente involucrados.
En el caso de
Colombia el poder judicial no ha interpuesto ningún recurso que castigue a los
responsables de los delitos y crímenes de lesa humanidad cometidos en Sucumbíos
y, que son también responsables múltiples crímenes de guerra que se siguen
cometiendo día a día en ese país aún bajo un proceso de pacificación.
Ecuador inició
demandas judiciales contra los responsables al ser el país directamente
atacado, pero estos procesos están estancados al no contar con la suficiente
fuerza jurídica y voluntad política de llevar a los culpables ante los
tribunales, asimismo, el caso ha sido sistemáticamente detenido por grupos de
ultraderecha quienes se plegaron a la campaña de criminalización de las
víctimas orquestada desde el estado colombiano.
En el caso de
México el resultado no ha sido diferente, en aquel 2008 el gobierno del
entonces presidente Felipe Calderón mantuvo una actitud que rayó en la
complicidad con el estado colombiano y los culpables del caso Sucumbíos, incluso
se permitió que grupos de ultraderecha reprodujeran la campaña de
criminalización de las víctimas, que interpusieran demandas contra los
estudiantes asesinados y víctimas, así como contra decenas de luchadores
sociales interesados en los procesos latinoamericanos.
Felipe Calderón y
su gobierno negaron el acceso a la justicia a las víctimas cuando era
responsabilidad de su gobierno proceder en cortes internacionales por los
delitos cometidos contra mexicanos en el extranjero. Calderón y su gobierno nunca
escucharon a los padres y familiares de las víctimas, nunca les brindaron apoyo
ni la garantía de acceso a la justicia, sin embargo, lo que sí hizo fue recibir
en continuas ocasiones a los asesinos confesos Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel
Santos.
La situación en el
gobierno de Enrique Peña Nieto no fue diferente, la garantía de verdad y
justicia continúo siendo negada a las víctimas y sus familias e incluso se hizo
la invitación a que Óscar Naranjo, involucrado en la masacre de Sucumbíos,
fuera asesor en materia de seguridad pública del gobierno de Peña cuando esté
aún era candidato presidencial, acción que violentaba la constitución mexicana
ya que un extranjero no puede participar en ese tipo de acciones, pero dejaba
clara la estrecha cercanía y colaboración de México con Colombia.
TRAS 12 AÑOS LA OPORTUNIDAD DE JUSTICIA
ESTÁ SOBRE LA MESA
A inicios del 2018
llega un nuevo gobierno a nuestro país encabezado por López Obrador, la
oportunidad de garantizar la verdad y la justicia en el caso Sucumbíos es
histórica, se abre la posibilidad de poner fin a la impunidad que ha
prevalecido por 12 años.
Garantizar la
justicia en el caso de la masacre de Sucumbíos abre la posibilidad al mismo
tiempo de señalar no sólo a los responsables directos del asesinato de 4
estudiantes mexicanos y de las heridas, amenazas y persecución contra Lucía
Morett, se abre la oportunidad de señalar a los gobiernos de Calderón y Peña
Nieto como responsables en la complicidad y protección de los asesinos y en ser
los responsables de omisiones e impunidad en el caso.
Es la oportunidad
para este gobierno de señalar a Calderón como parte fundamental de una
estrategia de ataque y de articulación con grupos de ultraderecha que buscan a
toda costa regresar a nuestro país al oscurantismo, que pretenden imponer de
nueva cuenta su política de sangre, guerra, corrupción e impunidad.
La mesa está puesta
para que el gobierno de Obrador dé una oportunidad histórica a la justicia y
contra la impunidad en el caso Sucumbíos. Es una oportunidad de lograr el
castigo a los responsables y sus cómplices, es la oportunidad de señalar a
quiénes fueron protectores de los asesinos como Calderón y Peña Nieto, la
oportunidad histórica está ahí, dependerá de este gobierno si pasa a la
historia como quien logró la justicia o se suma a la lista de gobiernos
cómplices.