En México
aún se protesta por la muerte de cuatro estudiantes en Angostura
Tomado de:
Las familias
de los cuatro jóvenes mexicanos que murieron en Angostura, en el bombardeo del
1 de marzo 2008, aún reclaman por justicia. En México, las familias de los 43
estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa acompañaron su protesta. Esperan un
pronunciamiento de la CIDH.
REDACCIÓN PLAN V/06 de marzo del 2018
El pasado 1 de marzo se cumplieron 10 años
del bombardeo de Colombia a Angostura donde falleció el líder guerrillero Raúl
Reyes. Un hecho que marcó la vida de cuatro familias mexicanas que perdieron a
sus hijos en territorio ecuatoriano. Eran estudiantes de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM). Tenían entre 29 y 31 años. Se conocieron en
la Facultad de Filosofía y Letras.
Las familias de Soren Ulises Avilés Ángeles,
Fernando Franco Delgado, Juan González del Castillo y Verónica Natalia Velásquez
Ramírez formaron desde hace 10 años la Asociación de Padres y Familiares de las
Víctimas de Sucumbíos. Hubo tres sobrevivientes, dos colombianas y la mexicana
Lucía Morett.
De izquierda a derecha. Verónica Velásquez,
Juan González, Soren Avilés y Fernando Franco. Murieron el 1 de marzo en
Angostura. Tenían entre 29 y 31 años.
Tienen un modesto blog donde han guardado
cada una de sus cartas de protestas, sus publicaciones, los actos donde han
participado, el apoyo que han recibido. Es un canal que lo alimentan y lo
cuidan. En su primera publicación de agosto de 2008 describen al bombardeo como
un crimen de lesa humanidad por parte del Ejército colombiano por haber
asesinado a los sobrevivientes del ataque, incluso a los civiles de otras
nacionalidades. Para ellos, México es un gobierno cómplice.
Izquierda: Miriam Delgado con su hijo
Fernando Franco. Derecha: Juan González junto a sus padres, Rita del Castillo y
Álvaro González.
Izquierda: Verónica, Juan y Fernando juntos,
ellos eran amigos y siempre convivían. Derecha: Verónica Velázquez (de negro)
en una reunión familiar.
Plan V conversó, por skype, con tres padres
de los cuatro jóvenes asesinados. Miriam Delgado, madre de Fernando Franco,
recordó que le negaron información apenas supo del bombardeo. Imaginó que su
hijo pudo haberle pasado algo cuando en el periódico vio el nombre su amigo
Juan González. Hasta que le confirmaron de la muerte de su hijo.
Al mismo tiempo, narra, empezó una campaña de
desprestigio contra ellos. Sus familias sostienen que se encontraban en el
campamento guerrillero por asuntos académicos y han negado desde hace una
década que fueron parte del grupo subversivo. Incluso fueron demandados por un
grupo civil. Desde entonces los padres han sido estigmatizados y aseguran que de
las autoridades solo han recibido desplantes y olvido sobre todo de la
Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana.
Los padres han puesto tres demandas ante la
justicia de Ecuador, Colombia y México. Han acusado de asesinato a las
principales autoridades militares y políticas que estuvieron al frente del
bombardeo, entre ellos, el presidente Juan Manuel Santos. En Ecuador, en junio
de 2011, fueron llamados a juicio a Freddy Padilla, excomandante de las Fuerzas
Militares de Colombia; al director de la Policía, Óscar Naranjo; al
excomandante del Ejército Mario Montoya; al general Jorge Ballesteros; al
excomandante de la Armada Guillermo Barrera y el coronel Camilo Álvarez.
Frente al Consulado de Colombia el DF, a la
protesta de los padres de los jóvenes muertos en Angostura se sumaron los
padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
En este mismo proceso estuvo involucrado
Santos, como ministro de Defensa, pero fue sobreseído. Luego la Defensoría
Pública pidió la nulidad del juicio que fue acepta por el Tribunal Penal de
Sucumbíos en febrero de 2016. Pero en noviembre de ese mismo año, los jueces de
la sala única de la Corte Provincial de Justicia de Sucumbíos negaron la
nulidad y se reactivó de nuevo el caso. Pero al igual que en Ecuador, en
Colombia y México los procesos no avanzan, según los familiares.
Por eso están a la espera de que la CIDH
resuelva sobre la denuncia que presentaron ante la falta de justicia por la
muerte de sus hijos. Acudieron a esa instancia internacional en el 2014. Además
reclaman que el militar colombiano Óscar Naranjo, que ahora es parte de la
seguridad del presidente mexicano Enrique Peña Nieto, esté en su país y no haya
sido detenido.
“Los tres gobiernos le están apostando al
olvido. En ningún país ha avanzado las denuncias. En los tres Estados hay
hermetismo absoluto”, agrega Miriam Delgado. Mientras que Ana María Ramírez,
madre de Verónica Velásquez, dice que siguen como en el principio. Y Álvaro
González, padre de Juan González, dice que los tres gobierno son cómplices de
la muerte de sus hijos.
A través del blog mantienen el contacto con
la prensa. Rápidamente contestan los correos o los pedidos que se les haga.
Allí también anuncian sus actividades. Por los 10 años publicaron una revista
llamada “Sucumbíos, 10 años por la justicia”, que reúne artículos de diferentes
periodistas, escritores, académicos y defensores de derechos humanos. En
conmemoración de sus hijos, la Asociación organizó una decena de actos entre
charlas y protestas. Una de ellas sucedió el pasado lunes 26 de febrero. Fue un
mitin frente al Consulado de Colombia en México. Asistieron los padres de los
43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa y de diversas organizaciones
políticas y estudiantiles. La asociación para estos padres ha sido su único
espacio de consuelo y lucha. “Porque mientras podamos se escuchará nuestra
voz”, dice Álvaro González.