SEPTIEMBRE 2014
6 AÑOS DEL CADA UNO POR LA JUSTICIA
El 1 de septiembre de 2008, al cumplirse 6 meses de la
masacre de Sucumbíos, se realizó por primera vez la protesta CADA UNO POR LA
JUSTICIA. Se eligió ese nombre para mostrar que cada uno, que cada primero de
mes estaríamos frente a la sede diplomática del gobierno colombiano en México
ubicada en Paseo de la Reforma, para exigir, para gritar JUSTICIA Y CASTIGO A
LOS ASESINOS, pero también, por cada uno de ellos, por cada uno de
nuestros hijos asesinados; Verónica Natalia Velázquez Ramírez, Soren Ulises Avilés
Ángeles, Fernando Franco Delgado y Juan González del Castillo y para exigir el
cese a la persecución política contra Lucía Andrea Morett Álvarez.
Acompañados en aquél entonces por la Liga Mexicana por la
Defensa de los Derechos Humanos, LIMEDDH y por una decena de organizaciones
más, inició la protesta que causó molestia y enojo a los diplomáticos
colombianos. Inició una etapa de lucha que nos llevó a conocer la solidaridad
del pueblo de México, la cercanía de compañeros y organizaciones que abrazaron
nuestra causa, que la hicieron suya y se volvieron nuestros acompañantes
constantes, o no tanto, pero solidarios y valientes.
En el mes de marzo de cada año hemos realizado un acto
político-cultural por las Víctimas de Sucumbíos que ha contado con saludos y
aportaciones de organizaciones de México, América Latina y el mundo. Cada mes
de septiembre conmemoramos el inicio del CADA UNO POR LA JUSTICIA, que se
volvió paradigmático y retomado por otras organizaciones para sus propios
casos, porque la exigencia de justicia no descansa, porque es una demanda de
todos. Cada noviembre montamos una ofrenda para recordar a nuestros muertos
bajo la tradición ancestral del pueblo mexicano y en la que también hicimos un
homenaje a todas las víctimas del terrorismo de Estado colombiano.
Música latinoamericana, gritos y consignas, poesía, teatro,
expresiones desde la solidaridad de quienes las realizan, belleza y fuerza
expresada en la voz del pueblo que lucha día a día contra los tiranos y las
injusticias. Mantas, pancartas, banderas, paliacates, los machetes de Atenco,
las organizaciones estudiantiles que quizá no coinciden en su posición
ideológica, pero que frente a esta Embajada se hermanan por una causa: JUSTICIA
PARA LAS VÍCTIMAS DE SUCUMBÍOS.
Múltiples son las experiencias que han ocurrido, que nos han
ocurrido en esta acera en 6 años de cumplir ininterrumpidamente nuestra cita
con la JUSTICIA, mes a mes, con calor, frío o lluvia, con alegrías o tristezas
en el corazón, con prisa por las actividades cotidianas, con paciencia por el
recuerdo de nuestros hijos, a veces muchos, a veces pocos, a veces con más
policías que con corazones abiertos. Hemos encontrado personas que se han
interesado en nuestra lucha, hemos encontrado a los férreos defensores de la
muerte, de Uribe Vélez, con gritos lacerantes que pretenden ser insultantes,
nuestra respuesta a ellos, el argumento, la razón, el cual ya no es escuchando
por la prisa de huir, no vaya a ser que en verdad sepan la verdad.
Transeúntes despistados, oficinistas color oficina enojados
seguramente por el regaño de un jefe que logran olvidar en 30 miserables
minutos que dura su comida, los más afortunados 1 hora. Mujeres de altos
tacones que apenas pueden caminar ataviadas con el último atuendo de moda, pero
entre más alto es el tacón más alta es su indiferencia ante la injusticia que
gritamos en un megáfono, ciclistas veloces, la patrulla de rigor que no sabemos
si nos cuida o sólo espera el más mínimo de nuestros errores para
entonces pasar a conocer sus vestiduras y el nuevo protocolo de Mancera.
Hemos visto desfilar a medios de comunicación,
independientes, no tan independientes, desconocidos y conocidos, fotos,
entrevistas, cuestionarios, mini notas en la prensa… hemos visto tanto durante
72 meses que hemos estado frente a estas frías puertas, pero lo único que no
hemos visto pasar es la JUSTICIA. La impunidad nos pretende saludar mes a mes
detrás de esas puertas, a veces cerradas, a veces abiertas, a veces tras
murallas de policías, a veces tras uno que otro que sale en la foto sin saber
porque está ahí, sin saber por qué hace lo que hace, salvo por un sueldo.
Hemos visto tanto y al mismo tiempo hemos visto tan poco, 6
años, 72 meses, múltiples recuerdos, rabias, enojos, alegrías, abrazos,
lágrimas, voces entrecortadas y mentadas de madre, gritos y coraje para
demostrar que los verdaderos criminales, que los verdaderos terroristas son los
que están detrás de los escritorios de la Embajada colombiana y no nuestro
hijos como manipuladamente intentaron hacer creer el Estado colombiano, los
ultraderechistas y sus amigos.
Hoy, 1º de septiembre de 2014, un mes más, un CADA UNO POR
LA JUSTICIA más, una vez más puntuales a la cita anunciamos que termina un
ciclo e inicia una nueva etapa de lucha. No dejaremos de luchar, al contrario,
sabemos que estamos más cerca de poder arribar a los primeros espacios de
cortes internacionales para lograr el castigo a los asesinos, para lograr
llegar a cada uno de los responsables con JUSTICIA, jamás con venganza.
Seguiremos en todos los espacios, cada paso, en cada lugar luchando por
Verónica, por Fernando, por Soren, por Juan y por Lucía.
Nos veremos pronto, muy pronto… eso no lo duden.
México, D.F., a 4 de septiembre de 2014.
¡POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA
JUSTICIA PARA LAS VÍCTIMAS DE SUCUMBÍOS!
#justiciasucumbios
#justiciasucumbios
ASOCIACIÓN DE PADRES Y FAMILIARES DE
LAS VÍCTIMAS DE SUCUMBÍOS