¿AÚN HAY ESPERANZA?
Al finalizar el 2013 queremos
compartir con ustedes un breve pensamiento, en esta ocasión, acerca de la esperanza, más aún, cuando se
avecinan tiempos arduos para los pueblos y las luchas populares en México,
América Latina y el mundo.
Cada año que transcurre el panorama
mundial es más grave, profundas crisis económicas arrojan a miles de personas a
la pobreza y marginación, los Estados en el mundo se van cerrando a escuchar
las demandas de sus pueblos ya que están más atentos en escuchar y cumplir las
demandas de los ricos, de los capitalistas, del poder. Las injusticias son
mayores y existen pocos o nulos procesos de reconciliación social, la violencia
aumenta a la par de la depredación del medio ambiente. Pereciera que nos
encontramos sumidos en una desesperación, donde reina la injusticia, la falta
de memoria, de verdad, donde impera la impunidad.
Ante ello ¿Qué tenemos que
hacer los pueblos? o más bien la pregunta sería, ¿Aún tenemos esperanza? pareciera
una respuesta simple cargada del mayor optimismo, pero día a día conforme somos
testigos del dolor que causan las injusticias a manos del poder comenzamos a
dudar de nuestras fuerzas, de nuestra esperanza, por ello no puede ser una
respuesta sencilla, pero sin duda alguna el inicio de la respuesta es que sí
hay esperanza, no tenemos otra respuesta más que conservar la esperanza.
La esperanza en encontrar a un familiar
desaparecido, la esperanza de lograr justicia por nuestros muertos, por
nuestras víctimas, la esperanza de derrotar a la pobreza en millones de seres
humanos en el mundo, de terminar con las imposiciones que sólo benefician a
pocos en detrimento de la mayoría. La esperanza de seguir conservando nuestro
medio ambiente, de encontrar paz, justicia, verdad, equidad social, la
esperanza es nuestro alimento, es nuestra mayor utopía, es lo que nos hace
resistir mientras se construye el triunfo.
Pero la esperanza no es nada si
no se trabaja por ella, si no se construyen caminos para lograrla por más
adverso que sea el panorama, quienes luchamos diariamente por un mundo mejor no
tenemos nada que perder más que el miedo y tenemos la esperanza, sí, la
esperanza de triunfar, pero ello no sólo es por decreto, por escribir bonitas
palabras o desearlo, son momentos que requieren la unidad y la fuerza de todos
por romper el miedo, la apatía, por construir caminos que nos lleven a derrotar
la violencia de Estado trabajando juntos y coordinadamente para terminar con
las injusticias, por conservar los lazos de solidaridad que nos identifican
como pueblos que luchan por la esperanza.
A casi 6 años de la masacre de
Sucumbíos, del asesinato de nuestro hijos Verónica Velázquez Ramírez, Soren
Avilés Ángeles, Fernando Franco Delgado y Juan González del Castillo, de la
persecución infame en contra de Lucía Morett Álvarez les podemos decir que las
ideas que hoy externamos en este escrito nos han invadido a lo largo del 2013
que termina, pero después de lograr un momento de reflexión compartimos con
ustedes que la esperanza y luchar por construirla son ánimos que queremos
irradiar en este nuevo año 2014. No hay más camino que la esperanza y luchar
por construirla día a día, no hay más camino que luchar por la justicia y
lograrla.
Ciudad de México a 31 de
diciembre de 2013.
ASOCIACIÓN
DE PADRES Y FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS DE SUCUMBÍOS, ECUADOR.
******************************************************************