Ciudad de México, D.F. a 1 de agosto de 2011
Marcelo Ebrard Casaubón
Jefe del Gobierno del D.F.
PRESENTE.
CARTA URGENTE.
Meses después del asesinato de nuestros hijos, Soren Avilés Ángeles, Fernando Franco Delgado, Verónica Velázquez Ramírez y Juan González del Castillo y de las lesiones, tortura e intento de homicidio contra Lucía Morett Álvarez, tuvimos una reunión con usted en la que comentamos pormenores de los bombardeos en Ecuador del 1 de marzo de 2008 de los que fueron víctimas los estudiantes mexicanos a manos del gobierno de Colombia.
De ese acto violatorio del derecho internacional y los derechos humanos le informamos que hay responsables confesos: los entonces, presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez y el Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quienes han manifestado cínicamente y con orgullo, haber ordenado ese ilegal operativo militar. No olvidamos que frente a esos crímenes de lesa humanidad usted nos expresó su solidaridad y comprensión al repudiar la masacre.
Por todo ello nos resulta incomprensible e indignante que mañana usted vaya a reconocer como Huésped Distinguido de la ciudad al Sr. Juan Manuel Santos, destacado miembro de la derecha latinoamericana corresponsable de múltiples actos de violencia en su país y de la muerte de nuestros hijos, cuatro jóvenes ciudadanos del D.F. Los gobernantes colombianos no sólo se han mantenido en la impunidad, constantemente han criminalizado a nuestros familiares y han impulsado una feroz persecución política contra Lucía Morett, a quien no dejan en paz por ser testigo sobreviviente de la masacre y enfrenta una circular roja de la Interpol para su localización y captura internacional promovida por un juzgado de Bogotá.
Lic. Ebrard le pedimos que rectifique la decisión de recibir y entregar ese reconocimiento al presidente colombiano, no sólo por inmerecido sino porque resulta ofensivo e indignante para muchos habitantes de la ciudad, para la memoria de nuestros hijos y especialmente para nosotros los padres de los estudiantes, a quienes la orden militar del Sr. Santos les arrancó la vida de manera atroz y cobarde. Para muchos mexicanos el Sr. Santos es una persona non grata en nuestro país y así lo expresaremos en distintos actos ejerciendo nuestros derechos constitucionales.
Que la derecha le apueste al olvido y actúe con hipocresía e ilegalidad es comprensible, pero es lamentable que, quien se dice de izquierda y de un gobierno que se precia de tener un sentido social, evada la verdad y de la espalda a la historia. Antes de cualquier "formalismo" o "diplomacia" gubernamental están los principios y las convicciones. Los señores Uribe y Santos no sólo no merecen condecoraciones sino, en un marco de justicia, deben responder por los delitos que cometieron.
Jefe del Gobierno del D.F.
PRESENTE.
CARTA URGENTE.
Meses después del asesinato de nuestros hijos, Soren Avilés Ángeles, Fernando Franco Delgado, Verónica Velázquez Ramírez y Juan González del Castillo y de las lesiones, tortura e intento de homicidio contra Lucía Morett Álvarez, tuvimos una reunión con usted en la que comentamos pormenores de los bombardeos en Ecuador del 1 de marzo de 2008 de los que fueron víctimas los estudiantes mexicanos a manos del gobierno de Colombia.
De ese acto violatorio del derecho internacional y los derechos humanos le informamos que hay responsables confesos: los entonces, presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez y el Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quienes han manifestado cínicamente y con orgullo, haber ordenado ese ilegal operativo militar. No olvidamos que frente a esos crímenes de lesa humanidad usted nos expresó su solidaridad y comprensión al repudiar la masacre.
Por todo ello nos resulta incomprensible e indignante que mañana usted vaya a reconocer como Huésped Distinguido de la ciudad al Sr. Juan Manuel Santos, destacado miembro de la derecha latinoamericana corresponsable de múltiples actos de violencia en su país y de la muerte de nuestros hijos, cuatro jóvenes ciudadanos del D.F. Los gobernantes colombianos no sólo se han mantenido en la impunidad, constantemente han criminalizado a nuestros familiares y han impulsado una feroz persecución política contra Lucía Morett, a quien no dejan en paz por ser testigo sobreviviente de la masacre y enfrenta una circular roja de la Interpol para su localización y captura internacional promovida por un juzgado de Bogotá.
Lic. Ebrard le pedimos que rectifique la decisión de recibir y entregar ese reconocimiento al presidente colombiano, no sólo por inmerecido sino porque resulta ofensivo e indignante para muchos habitantes de la ciudad, para la memoria de nuestros hijos y especialmente para nosotros los padres de los estudiantes, a quienes la orden militar del Sr. Santos les arrancó la vida de manera atroz y cobarde. Para muchos mexicanos el Sr. Santos es una persona non grata en nuestro país y así lo expresaremos en distintos actos ejerciendo nuestros derechos constitucionales.
Que la derecha le apueste al olvido y actúe con hipocresía e ilegalidad es comprensible, pero es lamentable que, quien se dice de izquierda y de un gobierno que se precia de tener un sentido social, evada la verdad y de la espalda a la historia. Antes de cualquier "formalismo" o "diplomacia" gubernamental están los principios y las convicciones. Los señores Uribe y Santos no sólo no merecen condecoraciones sino, en un marco de justicia, deben responder por los delitos que cometieron.
A T E N T A M E N T E
ASOCIACIÓN DE PADRES Y FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS DE SUCUMBÍOS, ECUADOR
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