Ciudad de México.
Junio 3 de 2011.
Celebramos la Libertad y el derecho fundamental al pensamiento crítico.
Hace dos años y doce días fue deportado ilegalmente nuestro colega y amigo Miguel Ángel Beltrán Villegas, quien se encontraba adelantando estudios posdoctorales en el posgrado de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Desde entonces docentes, estudiantes y diferentes sectores sociales se solidarizaron en la lucha por la pronta libertad de Miguel Ángel. Todos y todas teníamos la plena convicción de la inocencia de nuestro compañero, quien al contrario de todos los señalamientos y cargos que le fueron imputados como son: concierto para delinquir agravado y rebelión, no eran más que el pretexto para castigar las posturas críticas de maestros, intelectuales, defensores de derechos humanos y activistas sociales que se han arriesgado a cuestionar el actual régimen colombiano.
Desde hace algo más de dos años denunciamos la arbitrariedad y el montaje judicial que se le hizo a Miguel Ángel, con la complicidad del gobierno mexicano en cabeza del presidente Felipe Calderón. Pues fuera de todos los pronósticos, la vida académica, el trabajo por diferentes universidades públicas, el nivel de la productividad académica y la labor investigativa, dejaban ver de manera transparente las labores académicas de Miguel y sus posturas críticas ante el conflicto colombiano.
Ayer 3 de Junio de 2011, se constato una vez más la inocencia de Miguel, no sólo porque la Honorable Corte Suprema de Justicia declaro “ilegal” el recaudo de las supuestas pruebas que inculpaban a Miguel, como eran los computadores y memorias USB tomadas después de un bombardeo ilegal llevado a cabo en Sucumbíos, localidad del territorio ecuatoriano, contra el extinto líder guerrillero Édgar Devia, alías “Raúl Reyes”. Estas pruebas no solo se recaudaron de manera ilegal, sino que no se recuperaron siguiendo la necesaria “cadena de custodia”, principio elemental que garantiza la fiabilidad de cualquier prueba recaudada, pues como es de conocimiento público, éstas fueron tomadas por personal que no tenía funciones judiciales y preparación para estos fines. Es importante para la justicia colombiana reconocer que los computadores y el procedimiento para recolectar las pruebas fue ilegal, a la vez que efectivamente no hay duda en que Miguel Ángel no es el tan mencionado “Jaime Cienfuegos”, pues quedo claro en la sentencia “Absolutoria”, proferida por la jueza cuarta especializada de Bogotá, Luisa Fernanda Díaz L, que no existe pruebas que vinculen a Miguel Ángel con alias Cienfuegos. Alguien con la trayectoria académica de este docente y sociólogo, con su rigor y capacidad de producción científica difícilmente podría tener tiempo para dedicarse a otras labores que no sean las académicas, sus clases y la permanente escritura de sus hallazgos investigativos.
Por todo ello celebramos la libertad de Miguel Ángel, hoy como hace más de dos años volvemos a repetir que es inocente y confiamos en que con este caso se pueda seguir celebrando la libertad de todos aquellos presos políticos que han sido sindicados de cualquier cosa sólo por atreverse a pensar distinto y a plantear posturas disidentes.
Este logró reúne a miles de voces que desde diferentes lugares del mundo ofrecieron su apoyo y solidaridad, los académicos italianos, franceses, ingleses, estadounidenses, argentinos, chilenos, colombianos, ecuatorianos y por supuesto mexicanos entre otros, así como a sus estudiantes y compañeros de estudio, amigos, a su familia como centro vital para mantenerse sereno en la lucha. Todos juntos reunidos en espacios y consignas logramos tener eco y llenar de valor, aquella absurda idea de que aún es posible la justicia en un país como Colombia. A todos, nuestras más profundas gracias.
Ahora esperamos que se haga realidad la consigna inicial “De nuestra universidad se lo llevaron y en nuestra universidad lo queremos”, porque el gobierno mexicano debe resarcir este doloroso error y porque Miguel Ángel aún tiene una tarea inconclusa con su formación posdoctoral en la UNAM y con los permanentes aportes que ofrece a compañeros, estudiantes y colegas de las universidades públicas en las que ha dejado improntas a su paso.
Bienvenido a la vida digna y desde aquí seguimos esperando tu regreso, amigo.
Junio 3 de 2011.
Celebramos la Libertad y el derecho fundamental al pensamiento crítico.
Hace dos años y doce días fue deportado ilegalmente nuestro colega y amigo Miguel Ángel Beltrán Villegas, quien se encontraba adelantando estudios posdoctorales en el posgrado de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Desde entonces docentes, estudiantes y diferentes sectores sociales se solidarizaron en la lucha por la pronta libertad de Miguel Ángel. Todos y todas teníamos la plena convicción de la inocencia de nuestro compañero, quien al contrario de todos los señalamientos y cargos que le fueron imputados como son: concierto para delinquir agravado y rebelión, no eran más que el pretexto para castigar las posturas críticas de maestros, intelectuales, defensores de derechos humanos y activistas sociales que se han arriesgado a cuestionar el actual régimen colombiano.
Desde hace algo más de dos años denunciamos la arbitrariedad y el montaje judicial que se le hizo a Miguel Ángel, con la complicidad del gobierno mexicano en cabeza del presidente Felipe Calderón. Pues fuera de todos los pronósticos, la vida académica, el trabajo por diferentes universidades públicas, el nivel de la productividad académica y la labor investigativa, dejaban ver de manera transparente las labores académicas de Miguel y sus posturas críticas ante el conflicto colombiano.
Ayer 3 de Junio de 2011, se constato una vez más la inocencia de Miguel, no sólo porque la Honorable Corte Suprema de Justicia declaro “ilegal” el recaudo de las supuestas pruebas que inculpaban a Miguel, como eran los computadores y memorias USB tomadas después de un bombardeo ilegal llevado a cabo en Sucumbíos, localidad del territorio ecuatoriano, contra el extinto líder guerrillero Édgar Devia, alías “Raúl Reyes”. Estas pruebas no solo se recaudaron de manera ilegal, sino que no se recuperaron siguiendo la necesaria “cadena de custodia”, principio elemental que garantiza la fiabilidad de cualquier prueba recaudada, pues como es de conocimiento público, éstas fueron tomadas por personal que no tenía funciones judiciales y preparación para estos fines. Es importante para la justicia colombiana reconocer que los computadores y el procedimiento para recolectar las pruebas fue ilegal, a la vez que efectivamente no hay duda en que Miguel Ángel no es el tan mencionado “Jaime Cienfuegos”, pues quedo claro en la sentencia “Absolutoria”, proferida por la jueza cuarta especializada de Bogotá, Luisa Fernanda Díaz L, que no existe pruebas que vinculen a Miguel Ángel con alias Cienfuegos. Alguien con la trayectoria académica de este docente y sociólogo, con su rigor y capacidad de producción científica difícilmente podría tener tiempo para dedicarse a otras labores que no sean las académicas, sus clases y la permanente escritura de sus hallazgos investigativos.
Por todo ello celebramos la libertad de Miguel Ángel, hoy como hace más de dos años volvemos a repetir que es inocente y confiamos en que con este caso se pueda seguir celebrando la libertad de todos aquellos presos políticos que han sido sindicados de cualquier cosa sólo por atreverse a pensar distinto y a plantear posturas disidentes.
Este logró reúne a miles de voces que desde diferentes lugares del mundo ofrecieron su apoyo y solidaridad, los académicos italianos, franceses, ingleses, estadounidenses, argentinos, chilenos, colombianos, ecuatorianos y por supuesto mexicanos entre otros, así como a sus estudiantes y compañeros de estudio, amigos, a su familia como centro vital para mantenerse sereno en la lucha. Todos juntos reunidos en espacios y consignas logramos tener eco y llenar de valor, aquella absurda idea de que aún es posible la justicia en un país como Colombia. A todos, nuestras más profundas gracias.
Ahora esperamos que se haga realidad la consigna inicial “De nuestra universidad se lo llevaron y en nuestra universidad lo queremos”, porque el gobierno mexicano debe resarcir este doloroso error y porque Miguel Ángel aún tiene una tarea inconclusa con su formación posdoctoral en la UNAM y con los permanentes aportes que ofrece a compañeros, estudiantes y colegas de las universidades públicas en las que ha dejado improntas a su paso.
Bienvenido a la vida digna y desde aquí seguimos esperando tu regreso, amigo.
Comité por la libertad de Miguel Ángel Beltrán Villegas – México.
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