Conmovedoras fueron las participaciones y las palabras de los compañeros del Partido Comunista de México, del Grupo de Acción Revolucionaria, del Frente de Lucha Estudiantil Julio Antonio Mella, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra-Atenco, de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, de la representación del Movimiento Continental Bolivariano, de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos, quienes se han solidarizado desde un inicio con nuestra lucha por justicia y castigo a los responsables de la masacre de Sucumbíos, pero al mismo tiempo han unido sus voces en la buscar la libertad y seguridad para Lucía Morett.
A la par de las participación de las organizaciones, contamos con la valiosa intervención musical del compañero Carlos Cheneque, del Grupo Identidad y de la dramatización poética del compañero Ernesto Dzul integrantes del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad Autónoma de Chapingo y como participación final para cerrar el evento estuvo presente por segundo año consecutivo del compañero Cayo Vicente.
PARTICIPACIÓN SOLIDARIA DE LOS COMPAÑEROS DEL FRENTE DE PUEBLOS EN DEFENSA DE LA TIERRA-ATENCO
“Hoy 1 de marzo del 2011 recordamos a nuestros hijos, siempre presentes en nuestra memoria, por su alegría de jóvenes con una gran madurez intelectual, reflejada en sus estudios profesionales, su dedicación a la lectura no sólo de lo académico sino también como autodidactas; su amor y su entrega a las causas justas manifestándose de manera coherente y consecuente en la protesta y la solidaridad, hijos legítimos de las causas más nobles de nuestro país y del mundo.
Verónica, Juan, Fernando, Soren y Lucía los recordamos en su gesto heroico de penetrar en la selva amazónica del Ecuador en busca del conocimiento directo sin intermediarios, al querer constatar de cuerpo presente la realidad de la guerrilla más antigua del mundo, en un campamento de paz y de relaciones internacionales en suelo ecuatoriano.
Recordamos a cuatro jóvenes mexicanos que fueron asesinados por el ejército colombiano mandatado por un estado terrorista allá en el sector de Angostura o la Ceiba de la Parroquia Santa Elena, Cantón del Putumayo, provincia de Sucumbíos en la República del Ecuador muy lejos de casa de la familia, de los amigos, de las aulas de “Filos” de la UNAM y del Politécnico, del novio y de las novias.
Los recordamos por su sonrisa, su mirada limpia y diáfana, jóvenes con una gran sabiduría que la ejercían en su quehacer cotidiano, con su sencillez que no sólo habían aprendido de sus familias sino del pueblo de México, así como en su honestidad, en su personalidad y en su trabajo intelectual y su ente político de todo ser humano.
Los recordamos cómo ejercitaban sus mentes jugando ajedrez y por su buen gusto por la música con un carácter polifacético, jóvenes que rechazaban la riqueza y la ostentación, pues sabían apreciar los mejores valores del ser humano, aquellos que no se cotizan en las Bolsas de valores ni los Bancos.
Es grato recordarlos cuando se reunían en las salas o los patios de sus casas para comer y tomar cerveza, platicando y bromeando entre ellos, escuchando música y fumando cigarrillos sin filtro, todavía escuchamos sus risas a pesar que han transcurrido tres años.
Hoy los recordamos sus familias, amigos, compañeros y mucha gente quienes seguimos su ejemplo de solidaridad al grito de justicia, que se escucha no sólo en México sino en diferentes partes del mundo, porque los responsables de la masacre de Sucumbíos no han logrado pese a su campaña mediática de calumnias, convencer a la opinión pública, ni pueden ocultar que es un claro y descarado crimen de Estado. En este día, 1 de marzo somos más los que estamos con ellos que todos los soldados que con alevosía y ventaja los ultimaron a traición y seremos más porque los cuatro estudiantes mexicanos ya están en la Historia de Latinoamérica. Y respecto a Lucía, no dudamos que saldrá muy pronto con la frente en alto a integrarse al lugar que le corresponde, absuelta de esas infames y criminales denuncias de Colombia, Ecuador y México”.
PARTICIPACIÓN CON POESÍA DRAMÁTICA DEL COMPAÑERO ERNESTO DZUL Y LA MÚSICA SOLIDARIA DE CAYO VICENTE
Una vez más, agradecemos a todas aquellas organizaciones y compañeros que se sumaron a este acto por Justicia y castigo a los asesinos y perseguidores de nuestros hijos. A tres años de la masacre de Sucumbíos renovamos nuestro compromiso por seguir adelante junto a todos ustedes, por la memoria de nuestros hijos asesinados, por la libertad y seguridad de Lucía Morett, por la verdad y la justicia ¡adelante!
México, D.F., Marzo de 2011
ASOCIACIÓN DE PADRES Y FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS DE SUCUMBÍOS, ECUADOR