Pronunciamiento


A CINCO AÑOS DE LA MASACRE DE SUCUMBÍOS

A CINCO AÑOS DE NUESTRA LUCHA POR JUSTICIA

Pronunciamiento de la Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos



Un día como hoy hace cinco años les arrebataron la vida de la manera más ruin y violenta a cuatro jóvenes mexicanos en un paraje de la selva amazónica del Ecuador, del mismo modo, le devastaron la existencia a otra joven mexicana, sobreviviente de esos hechos, a quien dejaron no solo con cicatrices de esquirlas de bomba en su cuerpo, sino además, con profundas huellas de temor y dolor.

Dignos estudiantes mexicanos que hoy recordamos con el amor de madres y padres, familiares y amigos, reconocemos con respeto la trayectoria intelectual y humanista de su corta vida. Cuatro jóvenes que siguen siendo jóvenes no importa que hayan pasado cinco años, que seguirán siendo jóvenes sin importar los años que vengan, su juventud seguirá vigente con la imagen de su recuerdo, de su inteligencia, de su compromiso social, de su constancia en el estudio, de su risa y alegría contenidos en la memoria, como el sonido del agua de un manantial limpio y cristalino de gente sana con  principios y ética. Nos duele su ausencia, el no poder platicar con ellos, de no ver la realización de sus proyectos, es una desgracia, no sólo para nosotros, ya que América Latina perdió a jóvenes valiosos comprometidos con su pueblo latinoamericano.

En estos cinco años como Padres, Familiares y Amigos han coexistido en nosotros el duelo y dolor, con la lucha por justicia, hemos visto y escuchado la calumnia de los asesinos con su coro de mercenarios mediáticos, pero además, con la indiferencia de mucha gente que pareciera que esperan que la muerte violenta llegue a sus casas para poder reaccionar y pugnar por justicia, cuando lamentablemente sea demasiado tarde.

Pero dentro de nuestra lucha también hemos encontrado la solidaridad y el apoyo, sobre todo de jóvenes que se identifican con nuestros hijos y, por ende con nuestras demandas. De igual manera hemos encontrado un gran sustento en organizaciones sociales y de derechos humanos con mayor experiencia que la nuestra para compartirnos su calidez y amor por las causas justas.

A cinco años, los Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos, Ecuador, hemos aprendido a tener paciencia sin rendirnos, a conducirnos en total independencia de cualquier organismo estatal o político que pretenda arrastrarnos por otros senderos y apartarnos de nuestros objetivos claros y precisos: justicia para las víctimas de Sucumbíos, castigo a los responsables de ésta masacre, alto a la persecución de Lucía Morett, reivindicar la memoria de nuestros hijos y defender el derechos de los jóvenes a expresar libremente sus ideas y solidaridad, pero también, denunciar públicamente a aquellos medios de la prensa que ensuciaron con dolo los nombres de nuestros hijos, para que detengan su campaña de mentiras y se retracten públicamente.

El principal fin de esa campaña diseñada desde la casa de Nariño contra los cinco jóvenes tuvo el perverso propósito de justificar un crimen de Estado, con su simplona lógica fascista “eran malos y merecían esa muerte” nunca han tenido sustento alguno en pruebas, además de que en cinco años transcurridos esos medios de comunicación nos han negado la oportunidad de réplica a sus mentiras, que sus auditorios escucharan o leyeran nuestra versión. Su campaña mediática llegó hasta financiar un libro que se distribuyó en 18 países latinoamericanos y en España con supuestos documentos confidenciales que a nosotros siempre nos ha negado el gobierno colombiano; ya sea porque son apócrifos o tienen elementos que los incriminan y que no les conviene  dar a conocer.     

Por nuestra parte hemos reunido algunos elementos de prueba de la inocencia de nuestros hijos y publicamos un  libro: Sucumbíos Historia de una Infamia, que resume nuestra replica que aquellos medios nos negaron, pero que también, desmiente todos los intentos por criminalizar a Verónica, Soren, Juan, Fernando y Lucía.

En cinco años nuestra lucha también ha sido contra el olvido, ya que los asesinos confesos Álvaro Uribe Vélez (ex-presidente de Colombia) Juan Manuel Santos Calderón (actual presidente de Colombia) junto a los mandos militares y policiales que llevaron a cabo la Operación Fénix del 1 de marzo de 2008, como el general colombiano Óscar Naranjo Trujillo le apuestan a la amnesia de un crimen de lesa humanidad, para perpetuarse en la impunidad que hasta hoy han disfrutado.

Arduo, difícil lleno de trabas e impedimentos han sido estos cinco años, el gobierno mexicano continúa en su total negativa de apoyar a Lucía Morett pese a que es su deber constitucional el defender a mexicanos que fueron víctimas de delitos en el extranjero, nuestro gobierno debió ser el primero en querellar al estado colombiano por el asesinato de cuatro jóvenes mexicanos y por el contrario ha sido el primero en guardar silencio un silencio que duele, un silencio que suena a complicidad, más aún cuando en el actual presidente de México tuvo la osadía de contratar como asesor externo en materia de seguridad pública a Óscar Naranjo, uno de los responsables del asesinato de nuestros hijos se pasea impunemente en nuestras tierras.

Sabemos que la justicia a veces tarda en llegar, que los procesos del derechos internacional no son tan expeditos como nosotros quisiéramos, pero estamos convencidos de que la justicia llegará para las víctimas de Sucumbíos y para todas las víctimas de estos criminales, los pasos aunque lentos, son certeros. La justicia de los pueblos ya los ha juzgado, el peso de la historia los está colocando en su justa dimensión, como criminales, es momento de fortalecer los casos jurídicos en México y Ecuador para lograr avanzar con mayor celeridad a  la justicia.

Es por ello que hoy 1º de marzo de 2013 se encuentra en la región de Sucumbíos una delegación de los Padres y Familiares y de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (LIMEDDH) para realizar un sentido homenaje, una emotiva ceremonia por nuestros hijos, por nuestros familiares, por nuestros jóvenes. Hoy, a cinco años somos los Padres los que venimos ahora a la cintura del mundo, recorremos los hermosos paisajes selváticos de la Amazonía, recibimos el trato cálido del pueblo ecuatoriano, a cinco años la memoria de nuestros hijos nos trajo a Sucumbíos para buscar justicia.

En estos mismos instantes en México se realiza un acto por la memoria y la justicia de nuestros hijos frente a la Embajada de Colombia, desde la mitad del mundo hasta México se escucha la misma voz: JUSTICIA PARA VERÓNICA, FERNANDO, JUAN, LUCÍA Y SOREN.


¡BASTA DE IMPUNIDAD!
¡POR NUESTRA AMÉRICA NO MÁS MASACRES!

1º de marzo de 2013.

Desde la Ciudad de México, desde Sucumbíos, Ecuador.


ASOCIACIÓN DE PADRES Y FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS DE SUCUMBÍOS

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